
Boogaloo
A mediados de los años 60 acontece una renovación musical, en el sector del Harlem Hispano o el “Barrio” donde la primera generación de jóvenes puertorriqueños nacidos en la ciudad de Nueva York o la tercera generación de Boricuas asentada allí, gestó el maravilloso ritmo musical llamado Latin Boogaloo y su hermano menor el Shing- A – Ling.
La confirmación del suceso “fue el año de 1965, año donde el curso de la música latina cambió cuando un nuevo ritmo fue creado por los bailarines Afro Americanos,quienes celebraban sus encuentros en el Club Palm Garden, ubicado en el “Midtown” de Manhattan, en la ciudad de Nueva York. Los bailarines fueron arrollados por la música de Pucho Brown y sus Latin Soul Brother, también por bandas especializadas en música latina como la de Pete Rodríguez, Joe Cuba y Johnny Colón;
Antes de que el Boogaloo entrara en escena y ocurriera el relevo generacional entre finales de los años cincuenta y comienzos de los años sesenta, la música latina que se escuchaba en Nueva York se componía de mambo, la pachanga y las orquestas típicas cubanas o charangas, el lugar que acaparaba la audiencia lo fue el Palladium Ballroon, sin embargo en el año de 1961 el Palladium empieza a confrontar problemas con las autoridades de la ciudad de Nueva York, las multas y la prohibición de expender bebidas alcohólicas fue la medida impuesta por la ciudad para castigar al famoso sitio. La pérdida de clientela y el poco interés auguraban el cierre del local, determinación que finalmente la toman sus dueños para el 5 de mayo de 1966. El cierre del Palladium marcó definitivamente el ocaso de la era del Mambo o de las grandes orquestas, además como efecto de domino llevó también al ocaso a otros ritmos de moda: la Pachanga y la Charanga. Fue muy costoso para estas agrupaciones el momento que se venía llegar.
Para la mayoría de los maestros del "big band" y toda la pompa mambera del 50 habla de este período con rencor. Para ellos, simplemente, se había acabado la buena música cubana y en su lugar se tocaba ahora un desorden que mal utilizaba al Son
Otra cosa singular que vale la pena mencionar y tener en cuenta, es la siguiente: para el último día del cierre del Palladium las orquestas que se habían contratado aparecen dos que casualmente son las más exitosas y cotizadas en el ambiente del Boogaloo: La Magnífica de Pete Rodríguez y la Orquesta de Ricardo Ray, algo así como si el naciente boogaloo participara en la despedida y cierre del Palladium. (las otras dos orquestas fueron: La Orquesta de Eddie Palmieri y la Orquesta Broadway).
El “Watusi” un tema compuesto por el percusionista Ray Barreto: “Caballero, acaba de entrar Watusi, ese mulato que mide siete pies y pesa ciento sesenta y nueve libras, y cuando ese mulato llega al Solar todo el mundo dice: ¡A correr! Que ahí llegó Watusi, el hombre más bravo de La Habana.”; constituyo un éxito económico musical. En lo económico logro vender, por primera vez en la historia de la música latina, más de un millón de copias. En lo musical, además del nuevo sonido y la nueva forma del canto, inauguro la exaltación de la figura del guapo, el camaján que, más tarde, en la salsa, tuvo continuidad en héroes como Pedro Navaja, Juanito Alimaña y otros muchos anónimos que deambulaban por el pentagrama y por las calles.
En 1966 y 1967, el Boogaloo se confirmo con dos temas memorables: “El Pito” de Joe Cuaba, y “Micaela”, una composición de Tomy Pabon interpretada y pegada por la orquesta del pianista Pete Rodríguez. La eclosión de estos temas se fortalece con el trabajo de Richie Ray & Bobby Cruz con sus dos volúmenes de Jala Jala y Boogaloo (1967-68).
En solo tres años de 1966 a 1969, el Boogaloo produjo obras legendarias que, treinta años después, se manifiestan frescas y heavies:
Cuando revisamos la escena de la música Latin Boogaloo o Latin Soul a mediados de los años 60s, es imposible evitar al admirado pianista Richy Ray. Para el año 1966, saldría al mercado una producción que se autoproclamaría como la iniciadora de un movimiento de vanguardia que arroparía la ciudad de Nueva York y repercutiría en el desarrollo posterior del movimiento denominado como SALSA en la misma ciudad.
Entorno Social
El suceso del Latin Boogaloo se demarca en la historia de la música latina como la etapa de Transición, la cual fue como un puente y a la vez una etapa de ruptura con toda la continuidad e influencias en términos del estilo musical, que venían desarrollándose desde los años 40. Es el momento en que se da la independencia en los mensajes, se modifican las líricas, dado a que las líricas de este movimiento no estaban enfocadas hacía la Cuba lejana o a la bulliciosa Habana, respondían más bien a la cotidianidad de la ciudad de Nueva York, lugar donde estos jóvenes crecían y se fundían en un periodo de cambios y nuevas opciones sociales. Ya no hay predominancia del español en las líricas, sino en la lengua de sus gestores, el inglés. El baile también cambia: del suave cha cha cha y el alocado mambo se pasa a un ritmo con pasos medio de “borrachos” — consúltese la entrevista a Tony Pabón — acompañados de contorción de cintura, el cuerpo vibrando y se junta el “chasquido” de los dedos pulgar y singular. El vestuario cambia
Este breve periodo fomentó la explosión musical. Fue todo furor y frenesí en la comunidad latina y afroamericana del Barrio, este periodo emergente coincidió con el momento histórico de los movimientos de los Derechos Civiles, el destape y asunción de movimientos sociales de lucha contra toda forma de discrimen racial.
